martes, 27 de agosto de 2013

4.5.- LA ENMIENDA PLATT

Y más adelante prosigue Peralta …  La emancipación de Cuba, fue lo de menos para Norteamérica, porque no había ido a la guerra por culto a la libertad, ni por solidaridad humana, sino por realizar un negocio pingüe. Correr a libertar pueblos sacrificándolo todo en aras de un grandioso ideal, bueno sólo para Bolívar y los titanes que le seguían en el camino de aquel noble y heroico sacrificio; pero se ha dicho que Bolívar era un Quijote digno de la epopeya; y en yanquilandia no son comprendidas las virtudes del caballero de la Mancha ni a nadie seducen los acentos de la trompa épica…  Las Filipinas y las Antillas españolas no hicieron sino cambiar de dueño; tirano por tirano, allá se van los unos y los otros, sólo que, preciso es confesarlo, el yanqui lleva el progreso material y suele dorar el grillete de sus cautivos. Cuba cayó en la más ignominiosa tutela, al punto de no poder designar libremente sus mandatarios, ni dictar leyes adecuadas, ni poner los cimientos de su porvenir político…  un día quiso darse una Constitución política, pero el adusto tutor frunció el ceño y les puso el veto a esos ensayos de soberanía. La llamada Enmienda Platt, despertó a Cuba de su dorado sueño y le mostró en todo su horror, la esclavitud en que se hallaba; si en verdad incruenta, no menos pesada que la anterior, no menos contraria a sus anhelos de libertad y justicia. Y ni siquiera la unía vínculo alguno a su nuevo señor; raza, religión, lengua, costumbres, historia y tradiciones, todo radicalmente distinto, hacía surgir el antagonismo más extremo entre Cuba la cautiva y Yanquilandia la cautivante. Y a pesar de estos separadores abismos, el hipócrita auxiliador de la independencia cubana, impuso su voluntad omnímoda, como único señor y dueño; poder público, riqueza, industrias, comercio, todo cayó bajo la garra del Águila rapaz, a título de control necesario y beneficioso para la isla… ”90

Las expresiones de Peralta están demostrando un cabal conocimiento de los acontecimientos históricos de los pueblos centroamericanos y su palabra se convierte en acusadora directa de las violaciones que Estados Unidos cometía en estas naciones; son denuncias que no encontraron eco en su tiempo y que hoy no han perdido vigencia; así expresa; “…  la política internacional norteamericana, es meramente económica; toda su ciencia diplomática se reduce a la habilidad con que tiende una red pérfida de mallas de oro alrededor de las naciones que desea vencer. Si la codiciada presa no se enreda prontamente en el lazo, viene al auxilio del cazador, el soborno, el cohecho, que no faltan corrompidos y traidores que venden su Patria por ambición o por codicia. Con este fin se juzga útil entronizar a uno de los buenos hombres que Woodrow Wilson quería enseñar a elegir para gobernantes de los pueblos hispanoamericanos, interviniendo con la fuerza en los comicios de esas republiquillas incapaces de nada acertado ni bueno, mucho menos de gobernarse a derechas… y el buen hombre elegido a gusto de yanquilandia suele ser un Adolfo Díaz, traidor y asesino de su propia madre… se cree prudente apoyar la diplomacia con la fuerza: allá van almirantes y generales en tren de guerra; y siembran la muerte, el incendio, la devastación, para mantener la paz y el gobierno del susodicho hombre bueno; todo ello en servicio de la civilización y la humanidad, según se declara pomposamente al asombrado mundo… ”91. Las características que Peralta destaca ha sido y es la norma que alienta la actividad de los EEUU.. En América Latina hay innumerables ejemplos de ellos.



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90 - Ibídem., pág. 28

91 - Ibídem., pág. 16 - 17




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